La cuenta atrás para la apertura del restaurante Universo Santi sigue en marcha. El establecimiento, ubicado en la finca El Altillo (en el extremo Norte de la avenida Álvaro Domecq) comenzará a funcionar en las próximas semanas. Su plantilla estará conformada casi al completo por personas que sufren algún tipo de discapacidad, física o mental. Se dedicarán a la cocina y a la atención al público.

Próximamente finalizará el proceso de formación y algunos de los 45 participantes en este programa de inserción promovido por la organización sin ánimo de lucro Fundación Universo Accesible han relatado el proceso.

Patricia de la Flor, jerezana de 32 años, es una de las seleccionadas. Tiene dos historias solapadas que está superando. Por un lado, varias hernias discales que provocaron que le dieran la “incapacidad para poder realizar mi trabajo como auxiliar de ayuda a domicilio”, y además “una situación de violencia de género” de la que “afortunadamente” ha conseguido salir hace más de dos años, mientras que espera un dictamen de la Justicia. Relata que ha pasado de “creer que no servía para nada, porque estaba llena de miedos e inseguridades, a que esto sea un reto para mí”.

Así, destaca que “no quería seguir y ahora en cambio estoy motivada, ilusionada con mi futuro”, porque “tengo a mi familia, a mi pareja” y una formación que la llevará a insertarse de nuevo en el mercado laboral.

Al hilo de ello, Gloria Bazán, trabajadora social de este proyecto, destaca que de forma paralela a la formación en distintos sectores de la hostelería se está desarrollando otro programa de vida independiente. La intención es que estos alumnos puedan, en el futuro, acogerse a otro proyecto que se encuentra en vías de ponerse en marcha como es el de los pisos tutelados. “Es fundamental que no haya tanta sobreprotección de las familias, que es lo que queremos eliminar”.

Esta joven de 27 años natural de Jerez también afronta una situación de discapacidad, pues cuenta con parálisis cerebral, pero ha conseguido, “con esfuerzo y con ganas” sacarse la carrera de Trabajo Social y “tener piso, coche y pareja”. En definitiva, una vida plena, porque es “independiente”, que es lo mismo que pretende para los alumnos de Universo Santi. Bazán confiesa que le “encanta” su trabajo y que “siempre” ha querido trabajar “con gente con discapacidad”, porque se siente identificada y le llena de “satisfacción ayudarles”.

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